Luego de una pasantía de investigación con la guía de científicos del IBioBA, tres exalumnas del colegio Pestalozzi de Buenos Aires, obtuvieron el Tercer Puesto en la categoría Biología y la mención especial Thinking Safety en el concurso alemán para estudiantes secundarios Jugend Forscht (‘Jóvenes investigan’).

Mientras Irina Zantleifer, Inés Pedemonte y Agustina De Luca cursaban el último año en el colegio Pestalozzi durante el 2020 fueron seleccionadas para realizar una pasantía de investigación en el IBioBA en el marco del convenio que nuestro Instituto tiene con este colegio. A partir de la guía del investigador Patricio Yankilevich, responsable dela Plataforma Bioinformática del IBioBA y del profesor de biología de las estudiantes Marco Kadi del colegio, las estudiantes desarrollaron una investigación sobre el genoma del SARS-CoV2 enmarcada en la bioinformática a partir de experimentos que consistieron en el uso de bases de datos y algoritmos. Basado en su exhaustivo trabajo además del Tercer Puesto en la categoría Biología sino también obtuvieron la mención especial Thinking Safety por tratarse de un estudio 100% amigable con el ambiente.

Desde el 2016 investigadores del IBioBA acompañan y preparan a estudiantes seleccionados para investigar y participar del concurso. Hasta ahora todos los equipos de las pasantías pisaron el podio del Concurso y la edición 2021 no fue la excepción. “Esta actividad deja en los estudiantes una huella temprana asociada a la pasión por investigar. Con este proyecto ellos adquieren sus primeras herramientas asociadas al pensamiento y la experimentación científica”, reflexiona Yankilevich.

Momento de la premiación online.
Momento de la premiación online.

Las preguntas y respuestas

A diferencia de las ediciones anteriores, en esta ocasión la investigación se realizó de manera virtual. Ese hecho les presentó desafíos importantes relacionados a la selección de las herramientas de investigación y a la dinámica de trabajo que les garantice el nivel de exigencia de este riguroso concurso alemán para estudiantes secundarios.

La investigación constó de cuatro partes:

  • La primera se centraba en estudiar el origen del SARS-CoV2 en la que compararon la secuencia de su genoma respecto de Betacoronavirus de otras especies.
  • En la segunda parte se dedicaron a investigar las diferencias genéticas entre el SARS-CoV2 y el SARS-CoV de la epidemia de 2003, con especial atención a la proteína Spike.
  • En tercer lugar, se concentraron en las mutaciones del virus en Alemania y su posible incidencia en la propagación.
  • Y, por último, analizaron el mecanismo de detección por PCR como método diagnóstico.

La investigación comparativa entre genomas las llevó a concluir que: el genoma del SARS-CoV-2 presenta la mayor similitud con un virus de Murciélago (RaTG13), y dentro del grupo otros virus cercanos son del Pangolín, el MERS-CoV y el SARS-CoV. En segundo lugar detectaron que el porcentaje de identidad entre los genomas del SARS-CoV-2 y del SARS-CoV es de 80%, aunque si se comparan solo las secuencias de las proteínas spike de cada uno, se observa una mayor cantidad de mutaciones y, por lo tanto, un menor porcentaje de similitud. Esto podría explicar las diferencias en el mecanismo de infección y, como consecuencia, la mayor propagación del nuevo virus. En relación con el tercer experimento observaron que las mutaciones en el gen de la proteína spike tenían una influencia mucho más significativa en la propagación del virus que las mutaciones en otros genes. Por último, validaron que las secuencias que se utilizan para el diagnóstico por PCR se encuentra únicamente en el genoma del SARS-CoV-2 y no en los otros Betacoronavirus ni en el genoma humano, ahí radica su eficacia como método de diagnóstico.

Inés Pedemonte, Irina Zantleiger y Agustina De Luca.
Inés Pedemonte, Irina Zantleiger and Agustina De Luca.

Los protagonistas

Las tres alumnas tienen en claro dos cosas: su vocación se encuentra dentro del campo de la medicina y que el proceso de investigar es altamente desafiante. Esta experiencia es “una oportunidad única para poder ver y experimentar cómo era trabajar en un laboratorio”, cuenta Irina. Les permite conocer el quehacer científico a partir de su propia experiencia, utilizar las mismas herramientas que los investigadores, hacerse las mismas preguntas y, lógicamente, llegar a conclusiones sólidas. En relación a este punto el investigador Patricio Yankilevich señala que “los estudiantes entran rápidamente en tema y alcanzan un nivel de trabajo muy alto, cercano al de otros estudiantes doctorales que trabajan en el IBioBA, lo que, en definitiva, permite a todo el grupo abordar importantes problemas actuales de la investigación científica”.

Por su parte, Inés la consideró una “experiencia muy emocionante y al mismo tiempo intrigante”, y agregó en relación a investigar en el contexto de la pandemia: “pudimos encontrar una manera no solo de llevarlo a cabo, sino también de aprovechar las ventajas que esta modalidad tiene”.

“Tuvimos diferentes desafíos y momentos de aprendizajes. Tuvimos que adquirir mucho conocimiento científico, biológico y tecnológico así que considero que cada esfuerzo valió la pena”, cerró Agustina sobre su experiencia de investigación en el IBioBA.

Esta actividad de extensión forma parte de las bases del IBioBA. Como Instituto de investigación asociado de la Sociedad Max Planck dedicado a la investigación básica al servicio de la comunidad, complementa su trabajo de investigación con acciones dedicadas a la comunicación de la ciencia y al despertar de vocaciones científicas a partir del ejercicio de la práctica  científica.