La revista Nature Structural and Molecular Biology publicó un descubrimiento de investigadores del IBioBA y de la empresa biotecnológica Genentech de Estados Unidos. Desarrollaron una técnica de identificación de proteínas neddiladas que resuelve un obstáculo que llevaba años sin solución.

Conocer las bases moleculares tanto de las funciones de las células como de comunicación entre sus compartimentos internos permite comprender las posibles alteraciones ocurridas en condiciones de enfermedad. Este conocimiento es uno de los primeros pasos para el desarrollo de estrategias terapéuticas que mejoren o curen esas diferentes patologías.

Los investigadores del IBioBA y Genentech desarrollaron un método para detectar cuáles son las proteínas blanco de Nedd8, una molécula que es necesaria, por un lado, para la proliferación celular y, por otro, para el normal desarrollo de las conexiones sinápticas entre neuronas y los procesos de memoria y aprendizaje. Este método novedoso que desarrollaron fue probado en cofilina una proteína que tiene un  desempeño clave en el desarrollo neuronal temprano dado que participa en procesos intracelulares clave para la formación de neuronas.

Se revela la incógnita

El funcionamiento normal de las células requiere de una compleja maquinaria proteica donde cada proteína desarrolla una acción específica. Esas funciones proteicas están finamente reguladas por sutiles modificaciones (llamadas postraduccionales) que consisten en la unión a dichas proteínas de pequeñas moléculas regulatorias. Entre ellas está Nedd8, que está presente en todas las células del organismo y cuyos mecanismos de acción se encuentran en proceso de investigación desde hace ya algunos años.

Damián Refojo, Sebastián Giusti y Raquel Becerra.

Esta molécula produce un evento bioquímico llamado neddilación mediante el cual se une a otras proteínas para regular sus funciones. Sin embargo, pese a que esta modificación es abundante en la célula, tanto las proteínas sobre las que interviene como su función sobre cada una no ha podido ser clarificado por no contar con técnicas efectivas que permitan identificar dónde ni cómo opera.

Volume 27 Issue 2, February 2020
Nota de tapa. Volume 27 Issue 2, Febrero 2020. Imagen: Wolfgang Zwanzger / Alamy Stock Photo. Diseño: Erin Dewalt.

Hace ya un tiempo los especialistas en biología molecular saben que la neddilación ocurre en un tipo de enzimas llamadas cullinas encargadas de controlar la duplicación celular. En el año 2015, el grupo de Neurobiología  Molecular del IBioBA, a cargo del Dr. Damián Refojo detectó que Nedd8 está también presente en neuronas, tipos celulares que nunca se duplican, a partir de lo cual descubrieron que la neddilación es necesaria para el normal desarrollo y mantenimiento de las conexiones sinápticas entre neuronas y los procesos de memoria y aprendizaje. Pero debido a la falta de una tecnología lo suficientemente sensible, no había podido identificar todas las proteínas modificadas vía neddilación que participan en esos procesos. “Por esta razón hay, desde hace años, una gran controversia con respecto a la neddilación. La mayoría de los investigadores considera que Nedd8 solo regula la función de las Cullinas y otros consideran que Nedd8 se une y controla muchas otras proteínas” cuenta Damián Refojo, codirector de este estudio y jefe del laboratorio de Neurobiología Molecular (IBioBA). Este trabajo verifica esta segunda hipotesis.

Durante varios años, los investigadores del grupo del Dr. Refojo y sus colaboradores dedicaron su esfuerzo a desarrollar una variante de una técnica llamada espectrometría de masa que permitiera identificar proteínas neddiladas. Mediante esta técnica lograron identificar cientos de proteínas modificadas por Nedd8 y elaboraron el primer catálogo de proteínas neddiladas.

Damián Refojo afirma que “ahora podrá estudiarse el rol de Nedd8 sobre cada proteína blanco y, como consecuencia, determinar paulatinamente su relevancia fisiológica en cada tipo de célula.” Y agrega, “Hoy sabemos que la neddilación cumple un rol importante en cáncer, enfermedades hepáticas y funciones cognitivas. Confiamos que este trabajo nos permitirá comprender mejor cómo Nedd8 ejerce sus funciones moleculares y así contribuir al desarrollo de nuevas estrategias que puedan mejorar esas patologías.”

(Izq) imagen de una neurona normal en desarrollo que comienza a emitir las prologaciones (en verde) que le permitirán luego formar las conexiones sinápticas. Dichas prolongaciones surgen a partir de conos de crecimiento formados por redes de actina (en rojo) controladas, a su vez, por la proteína Cofilina neddilada. (Der) Cuando la Cofilina no se puede neddilar, la neurona pierde la organización de sus redes de actina y se desarrolla de un modo anormal.
Prueba del método con cofilina

Con la técnica ya creada era necesario accionar el siguiente paso: demostrar la función de Nedd8 sobre alguna proteína relevante. “De las 341 moléculas identificadas elegimos una de las más activamente modificadas, la cofilina. Esta proteína orquesta la formación de redes de actina, una suerte de esqueleto intracelular cuyo crecimiento y plasticidad es fundamental para que las neuronas adquieran su morfología ramificada y puedan interconectarse entre ellas”, comenta Raquel Becerra, coautora del trabajo. Los investigadores observaron que ante una eventual pérdida de neddilación, la cofilina  sufre cambios funcionales que afectan la morfología de la neurona  lo que podría acarrear problemas asociados a enfermedades del neurodesarrollo o a funciones de memoria y aprendizaje.

Queda por delante descubrir qué consecuencias fisiológicas produce la neddilación en las demás proteínas del catálogo creado gracias al esfuerzo conjunto entre científicos argentinos del IBioBA y de Genentech. Esto permitirá continuar la tarea de comprender procesos intracelulares que pudieran derivar en posibles blancos terapéuticos en condiciones de enfermedad. 

Cooperación internacional

El estudio fue codirigido entre el Dr. Damián Refojo del laboratorio de Neurobiología Molecular del IBioBA, junto al Dr. Donald S. Kirkpatrick del Laboratorio de Microquímica y el Dr. Morgan Sheng del laboratorio de Neurociencias ambos de la empresa biotecnológica Genentech (Estados Unidos).

Por su parte, los experimentos estuvieron a cargo de Raquel Becerra (IBioBA) y Annette Vogl (Genentech) quienes recibieron la colaboración de Sebastian Giusti y Patricio Yankilevich (IBioBA) y de Lilian Phu de Genentech. Además de recibir apoyo por parte del Laboratorio de Física Aplicada de CIBION dirigido por el Dr. Fernando Stefani.

Annette M. Vogl, Donald S. Kirkpatrick y Morgan Sheng.
AUTORES
  • Annette M. Vogl (Genentech)
  • Lilian Phu (Genentech)
  • Raquel Becerra (IBioBA)
  • Sebastian A. Giusti (IBioBA)
  • Erik Verschueren (Genentech)
  • Trent B. Hinkle (Genentech)
  • Martín D. Bordenave (CIBION)
  • Max Adrian (Genentech)
  • Amy Heidersbach (Genentech)
  • Patricio Yankilevich (IBioBA)
  • Fernando D. Stefani (CIBION)
  • Wolfgang Wurst (Helmholtz Zentrum München)
  • Casper C. Hoogenraad (Genentech)
  • Donald S. Kirkpatrick (Genentech)
  • Damian Refojo (IBioBA)
  • Morgan Sheng (Genentech)