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Investigadores de Argentina, Uruguay y Brasil analizaron el rol de la interacción entre los sistemas nervioso e inmune en distintas enfermedades psiquiátricas y neurológicas.

¿Qué tienen en común el autismo, los desórdenes emocionales como la ansiedad y la depresión, las lesiones cerebrales y la Esclerosis Lateral Amiotrófica? A primera vista, poco y nada. Sin embargo, investigadores de Argentina, Uruguay y Brasil analizaron qué papel juega la neuroinflamación – es decir, la respuesta inflamatoria que ocurre en el cerebro – en estas patologías en el marco del proyecto en Red Investigación, Educación y Biotecnologías aplicadas a la salud financiado por el Fondo de Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM).

“Lo que las reúne es que los procesos y moléculas que intervienen son muy similares. En ellas, en respuesta a una lesión o estrés se desencadena un proceso inflamatorio que en un principio ayuda a combatir estas injurias pero que, si se mantiene en el tiempo, termina afectando el funcionamiento de las neuronas”, explica Ana Liberman, investigadora adjunta del CONICET en el IBioBA y una de las autoras del nuevo estudio que fue publicado en Neuroimmunomodulation.

En este trabajo investigadores del IBioBA; del Institut Pasteur de Montevideo, en Uruguay; y de la Universidad Federal Fluminense, de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), de la Universidad Federal de Río de Janeiro y del Instituto D’Or para Investigación y Educación, de Brasil, se reunieron para describir cómo la inflamación afecta el funcionamiento de las neuronas en esas enfermedades.

 

Causa y efecto

Frente a un determinado estímulo nocivo, una infección o una lesión, el organismo dispara en primera instancia un proceso inflamatorio, mediado por el sistema inmune.

Liberman y Damián Refojo, investigador independiente del CONICET y líder del grupo Neurobiología Molecular del IBioBA, describieron qué moléculas intervienen en la neuroinflamación que se observa en enfermedades como la depresión o la ansiedad.

“Este trabajo fue posible porque el proyecto en red del FOCEM nos permite integrar investigaciones en ciencias biológicas a nivel institucional, y esto lo convierte en un sistema único de promoción e interacción regional motorizado por los mismos países del MERCOSUR”, comenta Refojo.

En este estudio participaron además Cecilia Hedin-Pereira y Marissol dos Santos Pereira de la Fundación Fiocruz, quienes estudiaron las redes neurales e inmunes involucradas en autismo. Por su parte Claudio Serfaty y Luana da Silva Chagas de la Universidad Federal Fluminense analizaron, junto a Pablo Trindade del Instituto D’Or, la interacción entre la plasticidad celular inducida por lesiones cerebrales y la inflamación. Y Emiliano Trias, del Institut Pasteur de Montevideo, describió cómo la neuroinflamación impulsa la degeneración neuronal que ocurre en la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).

“Creo que las colaboraciones regionales aportan un valor diferencial muy interesante para la ciencia: se hace muy buena ciencia en América Latina y en este trabajo todos analizamos el mismo fenómeno, es decir la relación entre el sistema nervioso y el inmune, desde la óptica de diferentes enfermedades. Eso nos permite aprender de los estudios que están haciendo colegas en otros países, ver qué técnicas se usaron y aprender en conjunto”, cuenta Liberman.

Para Claudio Serfaty, del Laboratorio de Plasticidad Neuronal de la Universidad Federal Fluminense, “escribir este trabajo junto a investigadores del Institut Pasteur de Montevideo y del IBioBA fue una experiencia excelente que permitió el intercambio de ideas y proyectos, posibilitó una mejor formación de estudiantes de doctorado y, sobre todo, acercó a investigadores de las instituciones de investigación del MERCOSUR”.

Y concluye: “Esto nos permitió también impulsar las áreas de neurociencias y neuroinflamación, que son grandes desafíos en la frontera del conocimiento científico y que tienen importantes repercusiones en el contexto de la salud pública de nuestros países”.